El Mes de la memoria y la Democracia constituye un acto de reparación y cimenta las bases para la garantía de no repetición de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el pasado y en los años recientes, para avanzar en la construcción de una ciudadanía que convive democráticamente, sin discriminación ni exclusiones, con respeto, participación y en paz.
Esta iniciativa responde, por un lado, al Art.2 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre educación y formación en materia de derechos humanos, que señala que “la educación y la formación en materia de derechos humanos están integradas por el conjunto de actividades educativas y de formación, información, sensibilización y aprendizaje que tienen por objeto promover el respeto universal y efectivo de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, contribuyendo así, entre otras cosas, a la prevención de los abusos y violaciones de los derechos humanos al proporcionar a las personas conocimientos, capacidades, compresión y desarrollar sus actitudes y comportamientos para que puedan contribuir a la creación y promoción de una cultura universal de derechos humanos”
En este “Mes de la memoria y la democracia”, renovemos nuestro compromiso con esta causa. Cada acción cuenta, desde las decisiones políticas hasta los gestos cotidianos.
Hagamos de este compromiso una realidad y trabajemos juntos para construir un mundo democrático y justo